Un sacerdote era aficionado a la crianza de aves, y tenía once pájaros que a diario dejaba volar por el campanario, pues siempre volvian a sus jaulas. Sin embargo un día sólo volvieron diez.
Entonces el cura muy preocupado, en pleno sermón de la misa dominical; preguntó:
-¿Quien tiene un pájaro?
Al mismo tiempo todos los hombres se levantaron.
-No, no me hice entender... ¿Quien ha visto un pájaro?
Entonces todas las mujeres de la iglesia se levantaron.
-¡No, hijas mías! Quiero decir: ¿Quien ha visto mi pájaro?
Y todas las monjas se levantaron!
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